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La Habana, Cuba. – Por muy fortuitos que parezcan, los incendios de la foresta pueden ser prevenibles sobre todo si se emplea con eficacia el sistema de alerta temprana que implica una favorable gestión de riesgos sobre todo en la temporada menos lluviosa para Cuba, entre enero y marzo.

La voluntad política para enfrentar ese flagelo, que en estos días ha provocado muerte y desolación en Chile, incluye la necesidad de que sea multifactorial con medidas preventivas y concientización para elevar la percepción del riesgo y la participación popular teniendo en cuenta que apenas el dos por ciento de esos incendios son de origen natural y una cifra importante responde a la acción humana.

Con la entrada en vigor de la Resolución 59 del Ministerio del Interior se refuerza la responsabilidad de todos los organismos para actuar como un sistema en la respuesta ante los incendios forestales.