La Habana, Cuba. – La Agencia Central de Inteligencia CIA, de los Estados Unidos había decidido liquidar la Revolución cubana mediante un golpe único y contundente: un desembarco aéreo y marítimo para conquistar una cabeza de playa y establecer un gobierno formado por cubanos exiliados; nacía así el proyecto de la Operación Pluto.

Aunque la operación corría a cargo del gobierno norteamericano, se habían tomado medidas para hacer creer que era un problema entre cubanos, bajo esas condiciones el presidente norteamericano John F. Kennedy aprobó el plan presentado por la CIA.

Desde 1960 se inició el reclutamiento entre los emigrados de la Florida de los futuros invasores, los que organizados en diversas fuerzas recibieron entrenamiento en bases en Estados Unidos, Puerto Rico y Guatemala, nación que recibió al grueso de los “libertadores de Cuba”.

Entrenados por especialistas de la CIA o contratados por ella, la fuerza mercenaria fue preparándose para invadir a la isla.

En un inicio la invasión se proyectó por la zona de Trinidad, con el propósito de utilizar como apoyo a los cientos de bandidos contrarrevolucionarios alzados en la zona del Escambray. Liquidadas la mayor parte de las bandas de alzados, la CIA cambió los planes y la operación Pluto se proyectó para la Bahía de Cochinos, en el sur de Matanzas.

Financiada, diseñada y patrocinada por la CIA, la Brigada de Asalto 2506 recibió la más moderna tecnología de la época para el cumplimiento de su misión en Cuba.

Armados hasta los dientes

Documentos desclasificados por los norteamericanos indican que los mercenarios disponían de 5 tanques M-42 Walker, 11 camiones artillados, 30 morteros, 28 cañones sin retroceso, medio centenar de lanzacohetes, bazookas, ametralladoras y 9 mil fusiles del tipo M -1, Garand, BAR y M -3, a lo que se sumaban cientos de toneladas de municiones, combustible, alimentos y pertrechos de todo tipo, mientras la fuerza aérea de la Brigada la conformaban 16 bombarderos B – 26 y 12 aviones de transporte C – 46 y C – 54: equipamiento ese procedente de los arsenales de los Estados Unidos.

Escoltada por barcos de la Marina de Guerra norteamericana,  la Brigada mercenaria partió de Puerto Cabezas, en Nicaragua en 5 barcos y 2 unidades de guerra LCI y un grupo de barcazas del tipo LCU y LCVP.

Previó a la llegada de la fuerza invasora, el 15 de abril de 1961 tres escuadrillas de aviones B – 26 , bombardearos los aeropuertos militares de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba con el propósito de destruir en tierra los pocos aviones de la Fuerza Aérea Revolucionaria.

Poco después, en las primeras horas de la madrugada del 17 de abril, la fuerza invasora inició un desembarcó simultaneo por Playa Girón y Playa Larga. De esa manera la Operación Pluto desataba sus potencialidades según los planes de la CIA.

El sueño imperial derrotado en apenas 66 horas

Alertada sobre el golpe invasor, la dirección de la Revolución diseño de inmediato la estrategia para defender el país y derrotar a los mercenarios de la CIA.

La Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas fue la primera fuerza encargada de repeler a los invasores en la dirección del central Australia, a la que se sumaron otras tropas, mientras la dirección del Noreste, fuerzas revolucionarias avanzaron sobre las posiciones mercenarias desde el central Covadonga y el caserío San Blas.

La estrategia de defensa diseñada por Fidel, incluyó el constante acosó aéreo de los invasores, quienes recibieron un sostenido ataque de la aviación revolucionaria, que logro hundir 2 barcos, varios aviones y frustró en los momentos finales el intento de reembarque de los mercenarios.

A las 5.30 de la tarde del 19 de abril de 1961, caía Playa Girón, el último reducto de la Brigada Mercenaria 2506. En menos de 72 horas los planes de la CIA fueron convertidos en cenizas por el heroísmo y al costo de más de 150 vidas del pueblo cubano.

En menos de tres días las Milicias Nacionales Revolucionarias, el Ejército Rebelde y otras fuerzas militares desmontaron el  mayor programa subversivo diseñado por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

El saldo de aquella aventura fue de 1 195 mercenarios capturados, 108 muertos en combate, 300 heridos o desaparecidos y 14 pilotos derribados.

Cuando han transcurrido 61 años de aquellos sucesos, la mano imperial sigue mostrando su huella en las bambalinas de la deshonrosa Brigada de Asalto 2506.