La Habana, Cuba. – En el contexto de la Covid-19, los círculos infantiles han laborado ininterrumpidamente, y bajo estrictas normas higiénicas, garantizan la educación y seguridad de los niños, cuyas madres realizan actividades fundamentales en la economía y necesitan ese servicio.

El Soldadito, en el Vedado capitalino, es una de esas instituciones educativas que no han cerrado sus puertas, y que ni en los momentos más difíciles de la pandemia han presentado casos de contagio.

Yenisey González, directora de ese círculo infantil, explica que el centro es una casa antigua adaptada, la cual tiene amplios locales que se han habilitado como salones para facilitar el distanciamiento físico entre los niños.

Precisa que a ello también tributa la cobertura total del personal docente, lo que posibilita una distribución aproximada de 6 niños por educadora, y por ende, una mejor atención y aplicación de las medidas higiénicas.

El aprendizaje no se detiene

Con estricto apego a los protocolos de salud, los niños mantienen la distancia en horarios de juego, comida y sueño, lavan sus manos frecuentemente con agua y jabón, y usan correctamente el nasobuco, afima Ana Iris Velázquez, educadora del círculo infantil El Soldadito, del Vedado capitalino.

En el salón de segundo año de vida, donde trabaja, fue difícil lograr el uso permanente del nasobuco, pero comenta que gracias al diálogo con los padres y las actividades educativas sobre el uso de ese accesorio, hoy los pequeños lo asumen como algo cotidiano.

En cuanto al proceso educativo, precisa Ana Iris Velázquez que tuvo sus adecuaciones a los tiempos de pandemia, pero no se detuvo. Ya no se realiza la gimnasia, ni se trabajaba en el piso, sino sentados en sillitas.

Agrega que se distribuyen dos niños por mesa y una educadora para tres mesas, y así se continúa el proceso educativo correspondiente a su edad.

Higiene inspira seguridad

Acorde con las orientaciones a la primera infancia, ha continuado nuestro trabajo en tiempos de pandemia, comenta Lisandra Wert, maestra de prescolar en el círculo infantil El Soldadito.

Señala que lo primero fue explicarle a los padres los procedimientos a seguir para que no tuviesen miedo de dejar a sus hijos en el círculo.

En todo momento se garantiza la higiene, desde que los niños llegan y transitan por los pasos podálicos, al igual que la educadoras, hasta la higienización de superficies y salones antes de cerrar el centro, acota la maestra.

Lisandra Wert agrega que también se realizan charlas educativas con los niños para que entiendan la gravedad de la enfermedad, pues transitan por una etapa importante en su desarrollo, en la que no se deben interrumpir los procesos educativos. En virtud de ello, el círculo infantil El Soldadito mantiene sus puertas abiertas.