Por: Carlos del Porto Blanco
La danza no es más que el reflejo de lo que nuestro cuerpo convierte en arte.
Antonio Gades.
El domingo 10 de noviembre cayó el telón del 28 Festival de Ballet de La Habana, “Alicia Alonso”. No fue el festival que se quiso, fue el que se pudo.
Pero pese a todas a las dificultades enfrentadas se efectúo y dignamente. Es de reconocer a todos los integrantes del Ballet Nacional de Cuba, desde su directora general, hasta el empleado de menos jerarquía, porque todos lo dieron “todo” porque ese evento brillará pese a ciclones y apagones.
Reconocimiento también a las figuras extranjeras, que, pese a las dificultades y alguna presión, dijeron presente y compartieron los días de aciago con nosotros. Sobre todo, merece una felicitación el Pueblo, que asistió a todas las funciones realizadas y premio con sus aplausos a los artistas.
La función contó con representantes de varios estilos danzarios, escuelas de la danza y compañías, todo mezclado. Se escogió para esta gala el Ballet Carmen, con la coreografía y el libreto de Alberto Alonso, sobre la noveleta homónima de Prosper Mérimeé y el libreto de Henry Meilhac y Ludovic Halévy para la ópera de Georges Bizet. La música compuesta por el músico francés fue ejecutada por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana, bajo la batuta del director venezolano Daniel Gil.
Según la enciclopedia en línea Wikipedia, Carmen, es un ballet en cinco actos creado por el coreógrafo Roland Petit para los Ballets de París según la ópera homónima de Bizet. Con escenografía de Antoni Clavé el ballet fue estrenado el 21 de febrero de 1949 en el Prince´s Theatre de Londres, Inglaterra, Reino Unido, el libreto de esa versión, que no es la cubana, es el siguiente:
Primer acto. La plaza. Escena popular, las cigarreras y los rufianes bailan. Entrada de Carmen enzarzada en una pelea con otra mujer. Don José de uniforme interviene como agente del orden y queda prendado de Carmen. El segundo acto se desarrolla en la taberna de Lilas Pastia. Lugar de encuentro del hampa, bandoleros y mujeres de mal vivir. Aparece Don José envuelto en una capa en busca de Carmen e interpreta un solo desafiante. Carmen le responde con otro solo seductor. El baile se generaliza y en el tumulto Don José se lleva a Carmen bajo su capa.
Tercero acto. La habitación. En un ambiente de semipenumbra ensoñada Carmen y Don José celebran con un apasionado paso a dos el triunfo del amor.
Irrumpen los bandoleros compinches de Carmen, planean un atraco nocturno y exigen su colaboración. Por dar gusto a Carmen Don José se une a ellos. El cuarto acto. La noche. Al borde de un camino solitario los malhechores esperan a su víctima e instruyen a Don José en el manejo del puñal. Don José expresa sus escrúpulos de conciencia que Carmen recibe con desprecio. Para demostrar su hombría Don José ataca y asesina al caminante al que los bandoleros desvalijan antes de huir con Carmen. Don José queda solo y desesperado.
Quinto acto. La corrida. Delante de la puerta de la Plaza de Toros se agolpan los curiosos para asistir a la llegada triunfal del Torero acompañado de Carmen engalanada. Todos desaparecen en la Plaza, surge Don José cortando el paso a Carmen. Se enfrentan en un duelo a muerte en el que Don José apuñala a Carmen que cae como un muñeco roto a sus pies. En la Plaza el público vitorea la faena del Torero.
La representación tuvo como interpretes a Viengsay Valdés como Carmen, al bailarín brasileño Marcelo Gomes en el papel de Don José, Escamillo fue encarnado por Dani Hernández, Zuñiga por Ányelo Montero y el Destino por Gabriela Druyet.
La segunda parte del programa se inició con el pas de deux “Nuestros valses”, interpretado por los bailarines Diana Muñoz y Felipe Vargas de la Compañía Colombiana de Ballet Incolballet y en el piano el cubano Marcos Madrigal, a continuación, se bailó otro paso a dos, “Un dulce hechizo de olvido” por Ayaha Tsunaki y Joseph Gray del Ballet de la Ópera Estatal de Dresde, Alemania.
Posteriormente correspondió el turno a un estreno en Cuba, el solo “Luna Nueva” por la española Patricia Donn, que recibió una gran ovación del público.
Después, los bailarines Elisa Carrillo, mexicana, y el ruso Mijail Kaniskin interpretaron el pas de deux, una obra original, “Multiplicidad, Formas de silencio y vacío” la música a cargo del ruso Nicolay Shugaev en el cello.
Posteriormente se danzó el paso a dos “El cisne negro” del tercer acto del Lago de los cisnes, por María Ilushkina del Ballet Mariinsky y Seyon Chudin del Ballet Bolshoi. A continuación, los bailarines del Ballet Nacional de Cuba, Anette Delago y Dani Hernández interpretaron “Invierno”. Y para cerrar la noche y el festival, se escogió el estreno de Gitanerías, bailado por Viengsay Valdés y el español Joaquín de Luz. La música a cargo de los dos laureados pianistas cubanos Aldo López Gavilán y Marcos Madrigal.
Ya el 28 festival es historia, comienza la preparación del 29 en el 2026, deseémosle suerte desde ya, el público los acompañará.