Camagüey, Cuba. – Hace 63 años, el Comandante Camilo Cienfuegos lideró en Camagüey una de sus gloriosas proezas al enfrentar la conjura de Hubert Matos.

Sobre las 7 y 20 de la mañana del 21 de octubre de 1959, llegó al cuartel Ignacio Agramonte para asumir el mando de inmediato.

Ese mismo día, ante una espontánea concentración popular, expresó que un dolor profundo, un dolor amargo, lo había hecho llegar allí, pues hacía meses se sabía que un compañero no era fiel a la Revolución.

Es triste ver cómo hombres que enfrentaron abierta y valientemente a la muerte, en este momento histórico de la Patria, que estamos todos llamados a estar más unidos de lo que estábamos en la Sierra Maestra, olviden los sagrados deberes con la Patria y se entreguen en brazos de las malas causas, dijo Camilo.

Camilo en Camagüey, un recuerdo eterno

En la memoria de Rafael Cruz Suárez quedaron  aquellas jornadas en las que Camilo Cienfuegos estuvo en la ciudad de Camagüey para defender la unidad de los agramontinos ante la traición de Hubert Matos, en octubre de 1959.

Solo 12 años tenía en aquel momento, pero aún recuerda cuando el héroe de sombrero alón lideró la primera marcha del pueblo combatiente por las calles camagüeyanas, como expresión de unidad revolucionaria.

Fue en ese contexto que Camilo sentenció que hombres habrá traidores, pero pueblos no, ¡y menos el Camagüey!, en mensaje  publicado por el periódico local Adelante hace 63 años.

Un concepto que para el septuagenario Rafael Cruz Suárez tiene su más evidente muestra en la propia Revolución, que continúa por encima de cualquier obstáculo.