Santiago de Cuba. – El pasado 16 de febrero cumplía 109 años, la cesión del gobierno de Don Tomás Estrada Palma a los Estados Unidos, de una porción del territorio de Caimanera para implantar la Base Naval de Guantánamo.

La historia recoge la fecha como una de las más vergonzosas del servilismo cubano que lacera la dignidad de nuestro pueblo. El convenio entre los dos países refrendó que mientras el poderoso vecino no abandonara la Base Naval o ambos gobiernos acordaran una modificación, se mantendría los límites acordados y la extensión cedida.

Vista de esa manera y a 109 años, es jurídicamente factible la reclamación cubana para retornar nuestra soberanía sobre el enclave yanqui.

Por tanto la devolución de la base naval de Guantánamo es un derecho internacional de Cuba, y mantenerla es una afrenta genocida contra nuestra nación.