La Habana, Cuba. – El científico, teólogo, filósofo y místico sueco Emanuel Swedenborg, nace en Swedberg; Estocolmo, Suecia, el 29 de enero de 1688. Desde su infancia, muestra una pasión por el estudio de todo lo que tiene relación con el universo y el hombre, observa los mecanismos, las fuerzas y los influjos que regulan la vida y cómo se desenvuelven. Se relaciona con el mundo adulto para buscar respuestas en temas como la fe, la vida eterna, la sede del alma, pero descontento por las respuestas que obtiene, experimenta sobre sí mismo y por sí mismo. Fabricó sus propias lentes ópticas para explorar lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño.
Su búsqueda insaciable de la sede del alma le hizo relacionarse con hombres famosos de su tiempo, tales como Newton, Leibniz y otros miembros de la Royal Society, así como las universidades de Oxford y Cambridge. Viaja por toda Europa patrocinado por el rey Carlos XII y el duque de Brunswick, con el fin de estudiar e imprimir los frutos de sus investigaciones.
Hasta los 56 años, Swedenborg dedicó esencialmente su vida a investigaciones científicas que le llevaron a numerosos países. Publicó un gran número de libros sobre matemáticas, geología, química, física, mineralogía, astronomía, anatomía, biología, psiquiatría, en los cuales se contiene el germen de numerosas ideas brillantes asignadas más tarde a otros investigadores.
Hizo los planos de un avión, de un submarino, descubrió la función de las glándulas endocrinas, el funcionamiento del cerebro y el cerebelo. Sus obras se utilizan hoy día en los Estados Unidos en institutos de investigación en psicomotricidad, probando así clínicamente el fundamento de descubrimientos hechos hace cerca de tres siglos. Inventó un sistema decimal monetario que sirve también para el estudio de la cristalografía. Fue el primero en desarrollar la hipótesis sobre la formación nebulosa del sistema solar. Efectuó también un estudio avanzado sobre la circulación de la sangre y sobre la relación del corazón y los pulmones.
Cuando abandonó sus investigaciones científicas se dedicó enteramente a la investigación teológica, psicológica y filosófica con el fin de hacer descubrir a los hombres una espiritualidad racional. Murió en 1772 después de haber escrito más de un centenar de obras sobre todos los temas enumerados.
Si ya en vida influyó en grandes reyes, destacados científicos y filósofos, como Newton, Kant, Voltaire, es después de su muerte, cuando se notó su influencia en las esferas religiosas masónicas y terapéuticas. Los escritos de Swedenborg inspiraron a grandes músicos, escritores y psicólogos. Entre ellos, Goethe, William Blake, Thomas Carlyle, Balzac, Wagner, Berlioz, Ralph Waldo Emerson, Baudelaire, Paul Valéry y Henry James entre otros.
Emanuel Swedenborg, muere en Londres, Inglaterra, Reino Unidos, el 29 de marzo de 1772.