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La Habana, Cuba. – El astrónomo germano-británico William Herschel, nace en Hannover, Brunswick-Luneburgo, Sacro Imperio Romano Germánico, el 15 de noviembre de 1738. Descubrió el planeta Urano y de otros numerosos objetos celestes, y padre del también astrónomo John Herschel.

Ávido de conocimientos y dotado de una gran habilidad manual, Herschel comenzó desde el principio a calcular, diseñar y construir sus propios telescopios. Menos de un año después de haber comprado el libro de Ferguson, Herschel calculaba y pulía ya los más perfectos y poderosos espejos de todo el mundo, porque comprendió enseguida que el futuro dependía de los telescopios reflectores y no de los refractores. Mientras construía los instrumentos observaba los cielos. En fecha tan temprana como febrero de 1774 ya había observado la nebulosa de Orión, descubierta en 1610. El 13 de marzo de 1781 Herschel observó un objeto no registrado que a primera vista parecía un cometa: estudiándolo con todo cuidado, pronto consiguió determinar que en realidad se trataba de un nuevo planeta, Urano

Herschel había descubierto el objeto probando su recién construido telescopio reflector de 152 milímetros. Lo había apuntado a la constelación de Géminis y había observado una estrella que no se suponía que estuviese allí. A la potencia de su instrumento, parecía poseer un disco planetario (de allí la confusión con un cometa). Brillaba con un color amarillo y se desplazaba lentamente. Observándolo noche tras noche, Herschel llegó a la conclusión de que había descubierto el séptimo planeta del sistema solar. Pidió a otros astrónomos que confirmaran su diagnóstico, y todos estuvieron de acuerdo con él: existía un nuevo planeta situado al doble de la distancia de Saturno.

Poner nombre a un objeto astronómico es privilegio de su descubridor: con galantería, Herschel bautizó al planeta con el curioso nombre de Georgium Sidus («Planeta Jorge»), en un extraño homenaje al rey Jorge III de Inglaterra que acababa de perder parte de sus posesiones en América del Norte por la independencia estadounidense de 1776. El «Planeta Jorge» siguió llamándose así hasta bien entrado el siglo XIX, a pesar de la oposición del astrónomo Johann Elert Bode, que insistía en que Herschel debía continuar con la tradición mitológica. Si los nombres de los planetas contiguos eran Marte, Júpiter y Saturno, el recién llegado debía bautizarse Urano. Bode justificaba su punto de vista en que se debía continuar la secuencia genealógica: nieto, padre, abuelo. El bisabuelo (padre de Saturno) era Urano, que adecuadamente personificaba al cielo estrellado.

Es curioso que Bode insistiese tanto en hacer cambiar el nombre de Urano por uno contemplado en las convenciones, ya que él mismo solía bautizar sus descubrimientos con nombres mucho más extravagantes que «Jorge». Así, llamó a ciertas constelaciones «El Gato», «El Aparato Químico», «Globo Aerostático» y «Oficina Tipográfica». El caso extremo se produjo al bautizar Bode a una constelación con el nombre de «Los Honores de Federico» en honor al rey de Prusia. El astrónomo francés Lalande propuso, por su parte, bautizar el planeta como «Herschel», aunque la idea que perduró fue la de Bode. Aunque se dice que en 1827 el nombre de Urano ya era muy usual en Inglaterra, hasta 1850 el Almanaque Náutico británico siguió llamando al planeta «Jorge» en sus efemérides astronómicas. Finalmente, el astrónomo John Couch Adams logró convencer a los editores del Almanaque para que lo cambiaran por el nombre actual.

En 1783 Herschel descubrió que el Sol no estaba quieto como siempre se había creído: comparando las observaciones de diferentes estrellas relativamente «fijas», demostró que la nuestra se desplaza, arrastrando a la Tierra y al resto de su séquito planetario, hacia la estrella Lambda Herculis. También bautizó al punto hacia el que se dirige ese movimiento como ápex solar. En 1787, cuatro años más tarde, descubrió a Titania y Oberón, dos lunas de Urano. En 1789 descubrió Mimas y Encélado, dos lunas de Saturno.

Friedrich Wilhelm Herschel, muere en Slough, Berkshire, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, el 25 de agosto de 1822.