La Habana, Cuba. – El término máquina cliente se refiere normalmente a una computadora que se conecta una red y accede a otra computadora, a esta última se le conoce como servidor; esto se hace para solicitar recursos o para realizar ciertas funciones. En ocasiones el término “cliente” se usa indistintamente con máquina cliente, pero cliente es un término menos específico que también puede referirse a una aplicación informática en lugar de una computadora real.
Pero, las máquinas se convierten en clientes
Ya se había escuchado que el avance de la tecnología en materia de comercialización avanza a pasos agigantados, pero de ahí a que las empresas puedan fabricar sus propios clientes, es otra cosa. Y como siempre las grandes empresas marcan la pauta. Un ejemplo es HP con su programa Instant Ink, el que supervisa remotamente el nivel de tinta en la impresora de sus clientes y envía un cartucho nuevo antes de que el cliente se quede sin tinta. Éstos no tienen que hacer ningún pedido; lo hace la propia impresora. Esas impresoras son ejemplos de “cliente maquina”.
Pierfrancesco Manenti, Vicepresidente Analista de Gartner Supply Chain en artículo, comenta que los líderes empresariales tienen grandes expectativas sobre la cantidad de negocios que pueden significar los clientes máquina. Según una encuesta el 61% de los directores ejecutivos tienen la expectativa de que para el 2030 ese perfil de clientes genere un promedio del 21% de sus ingresos. A tenor con eso, los responsables de la cadena de suministro deben acelerar sus esfuerzos para tener una estrategia adecuada que los prepare para esa modalidad de comercialización.
La mayoría de los directivos tienen la expectativa de que los clientes máquina compren en el momento exacto en que el producto o servicio realmente se necesite, siempre y cuando no aparezca un “cisne negro”; no se pueden olvidar los desbarajuste causados en las cadenas de suministros por la pandemia, el bloqueo del canal de Suez por un buque portacontenedores, o inundaciones en Tailandia. El pronóstico de la consultora es que los clientes máquina compren con más frecuencia pero en menores cantidades y a mayor velocidad que los clientes humanos.
Partiendo de la premisa de que los clientes máquina no tienen emociones, la lealtad del cliente será de una naturaleza radicalmente diferente. La lealtad a un proveedor se afianzará cuando su historial haya sido muy confiable. La mayoría de las empresas involucradas en las cadenas de suministros aún no están listas para esos escenarios. Esto es un nuevo paso en dirigir a las máquinas a que hagan el trabajo que les corresponde, mientras el trabajo de innovación y creatividad seguirá estando del lado de los seres humanos. De nosotros dependerá si este nuevo escenario va en la dirección del crecimiento integral de las persona, o sólo se queda en el simple crecimiento de la eficiencia operativa y económica de las empresas.
‘Cliente máquina’, un fenómeno que viene a revolucionar la próxima década.
Los clientes automatizados o clientes máquina, tal y como los denomina la compañía Gartner, constituyen uno de los vectores de crecimiento más importante de la próxima década. La firma de análisis dice de estos que son actores económicos no humanos que pagan por la obtención de bienes y servicios. Ese fenómeno se explica en el libro When Machines Become Customers, de los autores Don Scheibenreif y Mark Raskino, procedentes de la consultora. Ambos explican que esos clientes participarán en una amplia gama de sectores, pero su llegada revela grandes desafíos para las organizaciones.
“Su era ya ha comenzado”, “Hay más máquinas con el potencial de actuar como compradores que humanos en el planeta. En la actualidad, hay más de 9700 millones de dispositivos de Internet de las Cosas instalados en autos conectados, relojes inteligentes o impresoras, entre otros equipos. Cada uno de ellos va adquiriendo una capacidad cada vez mayor para analizar y tomar decisiones, lo que los convierte en potenciales usuarios”.
De hecho, la consultora predice que para 2027 el 50% de los ciudadanos de los países más desarrollados tendrán asistentes de inteligencia artificial trabajando para ellos todos los días. Por lo que los directivos deben prepararse para ese nuevo escenario en aspectos que van desde contratar asesores legales a la gestión de riesgos comerciales. En ese contexto, el director de informática es el que debe liderar la construcción de plataformas que atiendan esos asuntos.
Los ‘cliente máquina’ funcionan como una suerte de “coclientes” en nombre del propietario. Las personas establecen reglas y la máquina las ejecuta dentro de un ecosistema específico y prescrito. “Son, por lo tanto, clientes vinculados y representan la primera evolución de tres fases”. En la segunda, los humanos aún establecen las reglas para las máquinas como clientes adaptables, aunque la inteligencia artificial puede elegir y actuar en nombre de un humano con una intervención mínima para clientes seleccionados, según el libro. Y, en la fase final, esos nuevos actores son ‘clientes autónomos’. Tienen la suficiente inteligencia para actuar de forma independiente con un alto grado de discreción, y son dueños de la mayoría de los pasos del proceso asociado en una transacción.
Como verá amigo lector, se abre una nueva ventana para quitarnos tareas engorrosas, aburridas y repetitivas, pero, siempre hay peros, cedemos parte del control que se tiene hoy día. Hay dos aspectos vitales que se deben considerar, la regulación, para que no perder el control ya que detrás de estos desarrollos se encuentran empresas que de una forma u otra son parte del complejo cibermilitar industrial estadounidense y el otro lo relativo a la ciberseguridad, ya que los intrusos llegaran hasta la cocina de la casa y se sentaran en nuestra mesa sin pedir permiso, y lo más preocupante sin que lo sepamos.
Pero ya esa tecnología está acá, entonces, aprovechémosla para el bien común y protejamos lo que nos toca.