La Habana, Cuba. – Aunque en algunas latitudes del continente el día 11 de septiembre es luctuoso. Para los cubanos y los habaneros en particular, es un día de cumpleaños, porque en esa fecha nacía hace 80 años el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la ciudad de La Habana, para muchos, simplemente Eusebio.

La jornada contó, entre otras actividades, con la presentación del libro de entrevistas “Hay que creer en Cuba”, una celebración en el Palacio de los Capitanes Generales a la que asistieron importantes personalidades del país y la ciudad, la develación de una tarja en la casa en que él naciera, y como colofón del día una gala en el teatro Martí, que sirvió además para reinaugurar ese templo de la cultura por el que tanto lucho Leal, y que tres meses antes se vio afectado por el accidente en el hotel Saratoga.

El programa estuvo conformado por un elenco de lujo entre los que mencionaré solo a algunos: la Camerata Romeo, Vania Borges, José María Vitier, Niurka González, Leo Vera, Cecilio Tieles, Johana Simón, Alejandro Falcón, el Trío los Embajadores, Raúl Torres, Frank Fernández, Gerardo Alfonso y la orquesta del Lyceum de La Habana, entre otros. Hubo momentos para la poesía, el canto lírico, la rumba y temas antológicos de la música cubana, Eusebio fue la inspiración para varias de las obras presentadas.

Es de destacar la presencia en el teatro de una parte de los trabajadores que participaron en su reconstrucción, los que recibieron una ovación del público ante el anuncio de su presencia en la sala. Lo mismo ocurrió al entregársele una condecoración especial al jefe del cuerpo de bomberos de Cuba, que recibió el aplauso de todos los asistentes puestos de pie, como reconocimiento ante el valor y la profesionalidad mostrada por ese cuerpo ante los eventos que han golpeado a la nación en los últimos años.

No quería dejar pasar esta fecha para mencionar la preocupación y ocupación de Leal y sus colabores ante la ciencia en su sentido más amplio, siempre los tuvo como brújula en su quehacer, muestra de ello son las muchísimas instituciones que surgieron o se rescataron gracias a él: , el acuario de peces de agua dulce, la cámara oscura, el planetario, el museo de ciencias naturales, la casa de Humboldt, la cámara de rejas del sifón bajo la bahía de alcantarillado de La Habana, la casa de las tejas verdes, el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, las investigaciones realizadas por el gabinete de arqueología y un sinnúmero de museos  y casas dedicadas a personalidades o zonas geográficas. Meritorio también fue la iniciativa de convertir los museos en aulas, donde los niños recibían clases durante varias jornadas ayudando así a tener ciudadanos más cultos en la ciudad. La idea genial de “Rutas y Andares”, en la que han participado miles de personas en los años que lleva desarrollándose, ha permitido demostrar que la adquisición de conocimientos no está reñida con el disfrute de las vacaciones.

Muchas de esas obras ratifican la condición entregada por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura, Unesco, en el 1982 a La Habana, como ciudad patrimonio de la Humanidad, a lo que se sumó la de ciudad maravilla del mundo modernos en el 2016, imposibles ambas sin el empuje de Leal, que contra viento, marea y huracanes luchó por hacer de La Habana, una ciudad bella, nos corresponde ahora a todos seguir ese camino, TODOS podemos hacer algo, piénselo y actúe en consecuencia, Leal lo merece. En ese sentido considero que debían introducirse tecnologías en los museos de la ciudad, como se hizo en el Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, deben colocarse muchos más indicadores de realidad aumentada, que a través de código QR, permitan al caminante ver y escuchar a Leal comentado sobre ese sitio o esa obra. Así mantenemos vivo su Andar La Habana. Aquí termino, recuerde si me encuentra por ahí, me saluda.

Fotos: Carlos del Porto