La Habana, Cuba. – La peor catástrofe de los ferrocarriles subterráneos de Londres se consideró la de la estación de Moorgate, al colisionar el convoy contra un muro, el 28 de febrero de 1975.

El tren 272 llegó a la última parada de la línea Norte, cuando el error del conductor, quien debía frenar, aceleró la máquina a la altura de los andenes y el impacto ocasionó la muerte de 43 pasajeros.

Los primeros vagones quedaron empotrados, cual macabro acordeón, y durante cuatro horas unos 100 bomberos sacaron a las víctimas, empleando sopletes e, incluso, amputando miembros del cuerpo.

Dos días después se buscaban víctimas, fueron hallados seis fallecidos en la cabina y resultaron heridas unas 150 personas. El metro de Londres contaba, al ocurrir la tragedia de la estación de Moorgate, con 112 años de servicio.

Los peores accidentes de metros

Desafortunadamente, los accidentes de metros se suceden en muchas partes del mundo, dejando tras de sí traumas, invalidez, muertes y dolor en quienes los sufren y en quienes sobreviven.

Algunos ejemplos de los peores a lo largo de la historia y con saldos graves de muertes y heridos han ocurrido en Rusia, Estados Unidos, Azerbaiyán, Canadá, Tokio, España, México, India, Corea del Sur, Bielorrusia y Reino Unido.

Entre las causas de estos catastrofismos están los errores humanos, manejar con embriaguez, cortocircuitos, incendios, choques de trenes, descarrilamiento, caída de puentes, incendios de escaleras mecánicas de madera y colisiones contra andenes.

Retomando la tragedia de la estación de Moorgate, en Londres, a partir de ella, se colocaron sistemas que detienen automáticamente los trenes en los callejones sin salida y se conoce como Control Moorgate.