Cuando cortejas a una bella muchacha, una hora parece un segundo. Pero te sientas sobre carbón al rojo vivo un segundo y parecerá una hora. Eso es relatividad.
Albert Einstein.

La Habana, Cuba. – Hoy hablaré sobre un libro de divulgación científica que debía ser lectura obligada de muchos. El astrofísico estadounidense Carl Sagan, dijo en una ocasión, y no es textual la cita, “Vivimos en un mundo plagado de tecnología, donde casi nadie sabe de ella”. ¿Cómo entender y enfrentar los retos tecnológicos que pone ante nosotros la vida cotidiana si no se conocen los principios en los que se basan?, este volumen ayuda en ese sentido.

El libro en cuestión es “¿Qué dijo realmente Einstein?” de Leopold Infeld, publicado por el Instituto Cubano del Libro en 1973, en su colección Cuadernos Populares. El autor de este volumen fue un físico polaco (1898 – 1968) que trabajó en Polonia y Canadá Académico de la universidad de Cambridge y miembro de la Academia de Ciencias de Polonia. Trabajó con Einstein en la universidad de Princeton entre 1936 y 1938.

Al igual que la música, las matemáticas y la física son creaciones artísticas. Como se hace con la música se debe distinguir entre la técnica y las ideas Nadie puede interpretar bien a Bach, así como nadie puede escribir un trabajo científico sobre la teoría de la relatividad, sin dominar primero la técnica. Sin embargo, se puede sentir emoción al escuchar a Bach, aun cuando se ignore por completo la técnica de la interpretación, asimismo se puede experimentar placer al captar las ideas básicas de la teoría de la relatividad, incluso si no se es hábil con las matemáticas.

Hubo una época, alrededor de 1917, en que solo unas pocas personas entendían a la perfección a teoría de la relatividad. La anécdota que les agrego es ilustrativa de ese hecho, un físico señaló al profesor Arthur Eddington: “Usted es uno de los tres hombres que comprenden la teoría de la relatividad”. Como el rostro de éste reflejó un gesto apenado, el físico agrego: “Profesor Eddington, no tiene que sentirse desconcertado. Es usted excesivamente modesto” Sir Arthur replicó: “no, no me siento turbado; solo pregunto quién es el tercero”. Ahora bien, pasados más de cien años, ¿Cuántas personas, hoy, entienden bien esta teoría que domina casi por completo la vida actual?

La ciencia es una estructura racional; el mayor placer del estudio consiste en entender. Sin eso el conocimiento poco significa. La existencia de la ciencia y su progreso tiene como base la convicción de que el Universo no es caprichoso ni misterioso. Como dijo el matemático Poincare (por cierto, estuvo cerca de descubrir la teoría de la relatividad), el mayor milagro consiste en que los milagros no ocurren.

La relatividad no nació exclusivamente a causa del genio de Albert Einstein, pero fue el quien llevó a cabo la revolución para la cual la ciencia había madurado. Elegido para dirigir la revolución, fue el más pacífico de los hombres, un forastero, ni siquiera fue miembro de la profesión académica. En 1905 era un joven doctor en filosofía, de veintiséis años, recién casado y empleado en la oficina de patentes de Berna, Suiza; de carácter tímido, bondadoso y cordial. Estudiaba poco, pero pensaba mucho; tenía una gran capacidad para la meditación y no aceptaba dogmas de nadie. Pese a que no tenía los méritos de un buen empleado, Suiza no lo expulsó del servicio civil. Se le permitió pensar, soñar y escribir trabajos que cambiaron la faz de la ciencia y de nuestra vida.

El autor, que fue amigo de Einstein, nos guía en el libro a través de los ejemplos que el Gran Físico ideó para explicarse y explicar las dos teorías de la relatividad. Se presentan algunas de las fantasías que tuvo de Einstein de niño y que lo llevaron posteriormente al enunciado de la teoría de la relatividad.

Este texto se escribió cuando Einstein aún estaba vivo, este murió en 1955, ha llovido mucho desde entonces y la física se ha calzado las botas de las siete leguas, sin embargo el escritor va atrás en el tiempo y explica otros conceptos como, las diferencias entre la transformación de Galileo y la Lorentz, los modelos clásicos y relativista, las relaciones entre masa y energía, y otros, todo eso para ayudar a entender mejor la teoría de la relatividad.
Considero que es un libro que debe buscar en los sitios de ventas para libros de uso, vale la pena su lectura para comprender en algo el mundo en que vivimos.