La Habana, Cuba.- Aquel Primero de Mayo, tras el triunfo de la Revolución, fue un hito en la historia de Cuba, no solo por el mar de pueblo que desfiló por la entonces Plaza Cívica, convertida luego en Plaza de la Revolución José Martí, en La Habana, sino porque duró más de 14 horas continuas.

Desde las provincias de Pinar del Río, Matanzas y otras, llegaron a La Habana miles de campesinos, obreros, estudiantes, todos con la alegría de sentirse dueños de su país.

Consignas revolucionarias y contra el imperialismo centraron la manifestación, así como pancartas y carteles que reclamaban respeto a la naciente Revolución.

Cuba fue, ese Primero de Mayo de 1959, un torrente de pueblo en Revolución, seguro, victorioso y consciente de que quedaba mucho por hacer, pero la justicia estaba conquistada.

La unidad nos hizo fuertes

El Primero de Mayo de 1959, la entonces Plaza Cívica se vistió de pueblo enardecido y orgulloso.

Estuvieron en la tribuna numerosas delegaciones de países amigos que respaldaban el proceso revolucionario del país.

El Comandante Raúl Castro, siendo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, fue el orador principal, pues Fidel recorría naciones de Latinoamérica llevando el mensaje de la Revolución.

En las palabras de Raúl vibraron el clamor de unidad, fortaleza y cohesión de todos, para defender la naciente obra que dignificó a las masas. Se refirió al avance impetuoso de la Revolución y lo que significaba para Latinoamérica, el Caribe y el mundo.

A 57 años de aquel desfile, los cubanos marchamos este Primero de Mayo como entonces, pero más convencidos, firmes y seguros de que la Revolución es invencible.