La Habana, Cuba. – En el Teatro Lírico, el de la Comedia o el Molino Rojo, dibujaba Henry Toulousse-Lautrec, el pintor de lo imperfecto que acudía de manera enfermiza a hospitales, hipódromos, tribunales de justicia, circos, arrabales y burdeles de París a buscar esencias humanas.

Le llamaron pintor de la canalla o de la corrupción, pero él trascendió en una obra que resistió el tiempo para entregar la sociedad que vivió y llevó a planos de arte.

Considerado uno de los mejores pintores del arte moderno francés, su estética propone un estilo fotográfico dotado de movimiento en escenas y personajes, con encuadres originales influencia del arte japonés y donde prevalecen líneas diagonales y el corte repentino de las figuras por los bordes.

Henry Toulousse-Lautrec, pintor de los barrios bajos de París, nació el 24 de noviembre de 1864, en Albi, Francia.

Primer caso de Picnodisostosis

En un artículo publicado en Salud UniNorte, Gabriel y Liliana Álcalá-Cerra aseguran que el pintor e ilustrador francés Henry Toulousse-Lautrec fue el primer caso de Picnodisostosis reconocido a nivel mundial.

Aclaran que debido a la consanguinidad de sus padres, quienes eran primos, heredó alelos mutados y nació con displasia ósea de herencia autosómica recesiva, identificada por talla baja, miembros cortos, osteoesclerosis, fragilidad ósea y suturas craneales abiertas.

La enfermedad no le permitió crecer más de 1, 52 metros de estatura, aunque su tórax y abdomen tenían las dimensiones de un francés adulto promedio, y la cabeza era muy grande, comparada con el tamaño del tórax.

Los doctores Gabriel y Liliana Álcalá-Cerra explican que la Picnodisostosis padecida por Henry Toulousse-Lautrec es una displasia ósea rara de origen genético.