La Habana, Cuba. – Tras un derrame cerebral, el 28 de septiembre de 1895 falleció en Marnes-la-Coquette, Francia, el químico, físico, matemático y bacteriólogo francés Louis Pasteur.

Quien creó la ciencia de la microbiología, desarrolló vacunas contra dolencias mortales y demostró la incidencia de los gérmenes en las enfermedades, era Héroe Nacional y en la despedida le tributaron dignidades de jefe de Estado en la Catedral de Notre Dame.

Por sus descubrimientos en varios campos de las ciencias naturales, se considera el pionero de la microbiología moderna, abriendo la Edad de Oro de la Microbiología.

Miembro de la Legión de Honor y director del Instituto para investigaciones sobre la rabia hasta su muerte, dijo de él Henri Mondor, académico francés: «Louis Pasteur no era médico ni cirujano pero nadie ha hecho tanto como él en favor de la medicina y de la cirugía”.

Contra la mala rabia

Una de las contribuciones científicas cardinales que realizó el químico y biólogo francés Louis Pasteur fue la vacuna contra la rabia, asoladora enfermedad que dominó y de la cual no había salvación tras la infección.

A ella se sumaron investigaciones en función de impedir el cólera, la septicemia, la tuberculosis, la viruela, el cólera de las gallinas y la difteria.

Otros aportes trascendentes fueron la pasteurización para el mantenimiento de la leche y permitir la esterilización por autoclave, profundizar en las causas de la fermentación y en la acidificación de los vinos y las cervezas, y confirmar que el carbunco, afección del ganado vacuno, se encuentra vinculado a un bacilo definido.

En su vida septuagenaria, Louis Pasteur no tuvo reposo en hacer bien a la humanidad y los franceses le agradecen tanto que 2020 calles llevan su nombre.