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La Habana, Cuba. – Al doctor Gabriel Casuso Roque se debe el comienzo en Cuba de la era de la prosperidad y encumbramiento de la ginecología y obstetricia al introducir la antisepsia y, con ella, reducir la mortalidad posquirúrgica y por fiebre puerperal.

Considerado maestro absoluto de la ginecología en Cuba, también hizo valiosos aportes en el tratamiento de los quistes ováricos, la eclampsia, el aborto incompleto y la retención placentaria, devenida con asiduidad en graves infecciones.

Miembro de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y de la Sociedad de Estudios Clínicos, profesor, decano de la Escuela de Medicina y Rector de la Universidad de La Habana, decía que era un criminal quien solo usaba aceite de quinqué en sus atenciones a los partos.

El eminente ginecólogo Gabriel Casuso Roque nació el 6 de febrero de 1850 en Guamutas, Matanzas.

Casuso y el deporte universitario

De Gabriel Casuso son menos conocidos sus empeños en el auge del deporte universitario, durante su etapa como rector de la Universidad de La Habana.

En el libro De Varsity a Caribe, el periodista David Rodríguez Sánchez-Galarraga expone que para oficializar la educación física y los deportes en el plan de enseñanza, en mil novecientos dieciséis, solicitó al presidente Mario García Menocal, los terrenos aledaños a la colina.

La solitud fue aceptada y, en mayo, la Gaceta Oficial publicó un Decreto Presidencial que resolvía poner a disposición el terreno situado en las faldas del castillo de El Príncipe, Barrio de Medina.

El autor destaca que a partir de la gestión de Gabriel Casuso, en la sabana los jóvenes empezaron a practicar deportes, nacieron los primeros equipos de estudiantes del país y comenzó la historia deportiva de la Universidad de La Haban