La Habana, Cuba. – Como un amor de primer flechazo, el Trío Matamoros le llegó a Isabel Dolores Fernández desde un tocadiscos de la juguetería La Suiza, frente al parque manzanillero Carlos Manuel de Céspedes.

Entonces a Niña Rosa, como se le conoció, no le importaron las clases elementales de teoría y solfeo, ni los regaños del profesor santiaguero Guillermo Mozo y llevó a la guitarra aquella música que la había enamorado.

Trovadora, cantante y guitarrista, esos fueron los inicios de un hacer autodidacta que trascendió como referencia en la entrañable ciudad en que nació el 1ro de marzo de 1910 y la despidió en sus ya largos 94 años.

A Isabel Dolores Fernández, Niña La Rosa, se le recuerda por siempre como La Niña y la Madrina de la trova de Manzanillo, como la mujer de profunda voz que regaló sentimientos en mágica comunicación.

Dúo Hermanas Fernández y trío La Rosa

En la década del 30 del pasado siglo, Isabel Dolores Fernández, Niña La Rosa, y su hermana Conchita, unieron voces y guitarras para regalar páginas de la trova a familiares y amigos.

El dúo Hermanas Fernández en los años 60 decidió dedicarse por entero a la música y se convirtió en referencial, pero se disipó en los 70.

Isabel Dolores Fernández continuó en solitario la labor de promoción trovadoresca, hasta que vinculó esfuerzos con el guitarrista Leopoldo Agüirre y la cantante Julia Mesa, fundando el Trío La Rosa, disuelto por problemas de salud y personales de sus integrantes.

Luego vino una segunda etapa con Enrique Romagosa a la guitarra y la voz de Eduardo Batista Naranjo; y una tercera de Niña La Rosa con Kiky Romagosa y Mario Arias, siendo esta última conjunción de guitarras y voces la que adquirió mayor relevancia.