La Habana, Cuba. – Al morir el 16 de febrero de 1919 a causa de su avanzada diabetes, cataratas y artritis, Eva Charlotte Ellis Luckes legaba 39 años como enfermera y comadrona en los hospitales de Londres y Manchester.

Entre las primeras enfermeras profesionales de la historia, se impuso a la discapacidad para andar y a la resistencia a sus sugerencias para mejorar los servicios; a cambio, introdujo reformas en la enseñanza de las enfermeras inglesas y propuso cambios en el sistema sanitario.

De su experiencia como comadrona trata el libro Enfermera General, manual que en la época fue esencial para la formación de estas especialidades.

Respetada por su defensa y labor en la dignificación y profesionalización de enfermeras y comadronas, las cenizas de Eva Luckes reposan en la Iglesia de San Felipe, hoy Biblioteca de la Escuela de Medicina de Londres.

Eva Luckes y Florence Nightingale

La mítica enfermera italiana Florence Nightingale fue la mentora de Eva Luckes y juntas defendieron la profesionalización de la práctica de la enfermería con métodos innovadores.

Promotoras de centros para el estudio de la especialidad, en la época fueron objetadas sus propuestas en las que prevalecía la práctica por encima del estudio teórico; ambas fundaron, además, la Asociación Británica de Enfermeras, encaminada a regular y mantener un registro de estas y darles estatus profesional.

Luckes, en particular, creó la Escuela de Entrenamiento Preliminar en Tredegar House, espacio que favorecía la familiarización con el trabajo y su evaluación antes de ingresar a las salas.

En la última carta que escribió a Florence Nightingale, la enfermera Eva Luckes le manifestó su agradecimiento por la ayuda incansable y la escucha paciente y brillante.