La Habana, Cuba. – Médico, filósofo, teólogo y músico franco-alemán, Albert Schweitzer falleció el 4 de septiembre de 1965 en Gabón, África Central, cerca del hospital que en Lambaréné fundó y atendió a millares de pacientes pobrísimos.

En su actuar por más de 50 años cuidó también a leprosos y trató a víctimas de la enfermedad del sueño; en 1952 mereció el Premio Nobel de la Paz y al morir a los 90 años quedó la leyenda del “médico de Lambaréné”.

Como teólogo, es el fundador de la escatología realizada; filósofo, su ética fue la de Reverencia por la vida; y famoso organista en Europa, la recaudación de los conciertos la destinó al hospital en África.

Para Albert Schweitzer, la vida y el amor seguían el mismo principio: respeto por cada manifestación de la vida y una relación personal y espiritual hacia el universo.

Escritor y tratadista

Escritor y tratadista, el médico misionero Albert Schweitzer legó obras como La búsqueda del Jesús histórico, El arte de fabricar órganos en Alemania y Francia, Johann Sebastián Bach y Mi vida y mi pensamiento.

Fue en Filosofía de la civilización donde expresó que la sociedad moderna está en decadencia debido a su falta de voluntad para amar; y en su visión del mundo, basada en la Reverencia por la vida, percibió el declive occidental por el abandono de las raíces éticas.

Albert Schweitzer soñó con una humanidad consciente de su posición en el universo y al recibir el Premio Nobel de la Paz, condenó la guerra y dijo que era inhumana y el peor de los males.

En un concierto en España, el rey Alfonso Trece le preguntó si era muy difícil tocar el órgano, a lo que contestó que algo así como gobernar su país; el monarca replicó: «Es usted un hombre valiente».