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Tokio, Japón. – Mientras esté yo, él no gana, proclamó a viva voz un eufórico Mijaín López, luego de derrotar al turco Riza Kayaalp y asegurar la disputa de la medalla de oro en la división de 130 kilogramos de la lucha grecorromana de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Sabíamos que ellos buscarían que la primera pasividad la pusiera yo, así que nos preparamos para eso. Busqué el desbalance y lo logré, pero los jueces decidieron darle marcha atrás, señaló a periodistas cubanos al comentar la pelea, tercera en que derrota a su más complicado rival.

Mijaín explicó que desde el asalto inicial comprendió que el turco estaba agotado y que no podía resistir el embate del pinareño, que este lunes buscará su cuarto título olímpico.

De manera paralela, el luchador Luis Orta, de los 60 kilogramos, también avanzó a la final y, dijo, se propone dar lo mejor en busca de un inesperado oro olímpico.

Dos platas seguras, un bronce y una derrota

Voy a darlo todo en la final como el resto de mis compañeros, afirmó el cubano Roniel Iglesias, quien se colocó en la final de los welters al derrotar al ruso Andrei Zamkovoi.

Otro que también aseguró la medalla de plata fue el semipesado Arlen López, quien consideró como difícil la pelea semifinal ante el cubano naturalizado azerí, Lorenberto Alfonso, al que enfrentó, dijo, casi sin tener roce internacional y además en una nueva división en la que tuvo que empezar de 0.

El compromiso que mantengo es cambiar el color de la medalla de bronce ya asegurada, dijo por su parte el pluma Lázaro Álvarez tras superar en apretado combate al tailandés Chatchai-Decha Butdee.

Peor suerte corrió el superpesado Dainier Peró, quien cayó ante el estadounidense Richard Torres, en un combate en el que el cubano reconoció que no le alcanzaron las fuerzas.