La Habana, Cuba. – El golpe del huracán Ian hace cinco meses fue realmente terrible para la industria tabacalera nacional. En un abrir y cerrar de ojos se perdieron unas 33 mil toneladas, 50 de ellas en Pinar del Río y de tabaco tapado, el que se utiliza para torcer los afamados puros Premium, que son los más caros por ser elaborados a mano.

En territorio pinareño quedó destruido el 80 por ciento de las casas de curación y las escogidas, un resultado demoledor que golpeó a la provincia donde se produce el 70 por ciento de la mejor hoja del país.

A eso hay que agregar las conocidas restricciones que impone Estados Unidos, adonde no pueden llegar los habanos, que quedan fuera de ese importante mercado. También es complicada la venta por las limitaciones al mover un producto cubano y las difíciles operaciones bancarias.

Duro trabajo en las vegas

A marcha forzada, dejando en el surco esfuerzo y sudor y sin mirar las dificultades, los productores tabacaleros de Pinar del Río están enfrascados en la recuperación de esa industria.

Sabedores de que sin cultivo, por supuesto que no hay puros, tratan de volver a levantar este año unas 10 mil casas de curación que permitan respaldar la actual cosecha.

El plan también ha tenido que ser reajustado a poco más de 5 mil 500 hectáreas, una cifra apegada a la realidad de un territorio devastado por el huracán Ian.

Por suerte, este año la naturaleza parece querer resarcir aquellos destrozos y casi no hay plagas a la vista, lo que disminuye los costos de la cosecha. Pero más allá de la naturaleza es el hombre el que decide y el que en definitiva ha hecho que Vueltabajo vaya p’arriba.