La Habana, Cuba. – La discusión pública del proyecto del nuevo Código de las Familias se inicia este martes en todo el país. Será un ejercicio democrático más de la nación, pero sobre todo la recogida de opiniones acerca de un texto que busca adecuar la normativa a la realidad de la Cuba contemporánea.

El actual Código, vigente hace casi medio siglo, ha quedado superado por la vida y la transformación evidente de las condiciones sociales y demográficas del país.

La familia cubana de hoy es muy diferente a la de 1975, cuando entró en vigor la actual legislación. Como en el resto del planeta, las familias ahora son diversas, en organización y estructura, por lo que resulta prácticamente imposible hablar de un solo modelo.

Muy atrás ha quedado la clásica visión de mamá, papá e hijos, una formación parental que ya tiene telarañas.

Con el espíritu martiano

Como todo lo nuevo, el proyecto de Código de las Familias concita opiniones de todo tipo y la consulta pública es el momento para que cada uno exprese sus ideas libre y honestamente.

La familia cubana actual superó la mirada idealizada, pero sigue siendo el primer espacio de socialización, una pauta que hay que proteger. Por eso, están identificados 78 mil puntos de reunión en todas las circunscripciones, desde la más céntrica hasta la más intrincada.

Se abre hoy la oportunidad de discutir una normativa que ha tenido 24 versiones para acercarla a la diversa realidad nacional.

Por estos días en que la presencia de Martí se hace más cotidiana, nadie puede dudar que el proyecto de Código de las Familias está construido, letra a letra, bajo el pedido martiano de hacer con todos y para el bien de todos.