Compartir

La Habana, Cuba. – Con 34 cargos penales a cuestas, Donald Trump es el primer expresidente en la historia de Estados Unidos acusado de un delito.

Aunque se declaró no culpable de esas acusaciones, la justicia sigue su curso basado en cargos graves de falsificación de registros comerciales, por el pago de dinero a cambio de silencio a una estrella porno, Stormy Daniels, quien dice haber tenido una aventura con el díscolo magnate.

Ahora, fiscales y defensores deben intercambiar documentos y pruebas, un proceso detenido hasta acordar cómo regular la forma en que se manejaría o discutiría ese material.

La Fiscalía quiere impedir que Trump publique las pruebas en las redes sociales o que las proporcione a los medios de comunicación. La idea es imposibilitar que el exmandatario utilice el caso judicial con fines políticos.

Camino largo y complicado

La próxima audiencia legal de Trump debe ser el 4 de diciembre y los fiscales quieren que el juicio comience en enero del año venidero. Sin embargo, los abogados al expresidente han dicho que es demasiado pronto y que esperan que sea más tarde, quizás en la primavera.

En ese estira y encoge, clásico en el complicado sistema judicial estadounidense, el magnate devenido político tiene tiempo para mover a sus seguidores y generar una presión adicional sobre los jueces. De hecho, ya empezó a recaudar al recibir donaciones por más de 7 millones desde la acusación.

Habrá que ver cuánto logra ahora con la venta de unos pullovers con una imagen simulada de una ficha policial del exmandatario y la leyenda no culpable.

Donald Trump es taimado y está haciendo lo imposible por salir ileso. Veremos si puede.