La Habana, Cuba. – La nueva legislatura que entrará en funciones dentro de una semana tendrá por delante varios importantes retos, cuya superación repercutirá sobre todo el cuerpo social de la nación.

En primer lugar, habrá que remangarse la camisa para abordar la difícil situación económica por la que atraviesa el país. Ponerle freno a la inflación, con su carga de malestar y problemas que agobian a la familia, tiene que ser un asunto de primer orden por la trascendencia que tiene sobre la cotidianidad.

Pero más allá de la inflación, también habrá que seguir buscando las vías para hacer avanzar la Estrategia Económica y Social ya establecida.

La nación necesita reactivar la actividad económica empujando los márgenes que deja el bloqueo y eliminando las trabas internas. Es, en fin, acabar de desatar los nudos que atan a las fuerzas productivas.

De Leyes y ciudadanía

También el nuevo Parlamento tiene que cerrar el ciclo legislativo que abrió la nueva Constitución, la que debe complementarse con un sinnúmero de leyes, la mayoría ya aprobadas, pero otras en camino.

Acabar de aprobar esas normativas, tras perfilarlas como es necesario, fortalecerá la aplicación de esa Carta Magna con la complementariedad que ofrecen esas normas y sus reglamentos.

También, como adelantaron el presidente Miguel Díaz-Canel, y el titular de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo, habrá que darle seguimiento a los planteamientos de la ciudadanía recogidos durante los intensos recorridos de los entonces candidatos a diputados.

Fortalecer el vínculo entre los parlamentarios y sus votantes hará más robusta una legislatura que tiene por delante resolver al menos tres importantes desafíos.

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