La Habana, Cuba. – Lentamente la economía nacional pugna por la recuperación después de perder en dos años el 13 por ciento del Producto Interno Bruto. Aquel fue un golpe durísimo que nos atrasó en los planes de desarrollo que se empezaban a impulsar.

Ahora, el punto de partida para el crecimiento es bastante bajo, pero no se puede renunciar al esfuerzo recuperativo. Es un camino lento, complejo y con desafíos, como acaba de explicar ante el Parlamento el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil.

Lo más alentador es que en medio de tantas complejidades hay resultados positivos en algunos sectores que reportaron crecimiento en el primer trimestre. Pero no todo relumbra. Hay un serio déficit de combustibles y divisas, sigue menguada la capacidad de compra de los salarios, y en el mercado internacional los precios andan por las nubes.

Complejo panorama

Las importaciones subieron en flecha en el primer trimestre y se comieron las ganancias generadas por las exportaciones, una balanza negativa influida por el aumento de los precios internacionales.

Baste decir que un barco cargado de diésel hoy cuesta 60 millones de dólares, casi el doble de lo que había que erogar hace unos meses. Esos son apenas detalles, pero de máxima importancia, que ilustran la complejidad de la reparación a la que está abocada la economía cubana.

Desde el gobierno han llegado más de 150 medidas que buscan ir más allá de la recuperación y apuntan a potenciar la eficiencia.

Muchas de ellas son decisiones osadas, e incluso impensables en otros tiempos, pero la urgencia del momento obliga a la intrepidez. Es un modo y un camino para recuperar el terreno perdido.