La Habana, Cuba. – El turismo es una de las principales apuestas de la economía nacional para este año, cuando se planificó un crecimiento del tres por ciento del Producto Interno Bruto, una meta que parece bastante ambiciosa por las condiciones en que se desenvuelve el país.
La llegada de vacacionistas, con los canadienses en la vanguardia, vive un buen repunte, pero tiene lugar en medio del desabastecimiento que sufre el comercio nacional y que es una de las fuentes de la actual inflación.
Esas condiciones complican el trabajo del sector que además sufre por las bajas llegadas desde Europa como consecuencia de las insuficientes conexiones aéreas y la disminución de los viajes de larga distancia.
No es un escenario favorable por estar lleno de factores externos que por tanto escapan al control de nuestras agencias de viajes y grupos hoteleros.
Reactivar la industria
Para al menos paliar los problemas internos, el turismo vive un proceso de reactivación tras el golpe de la pandemia. El foco ha sido puesto en la renovación de la planta hotelera y la actualización de todos los productos turísticos nacionales.
Pero más allá de nuestras fronteras, se trata de desarrollar otros mercados, como en China, México, Brasil o Venezuela, y se busca recuperar a los europeos.
No es un secreto la importancia de la llamada Industria del Ocio, que constituye la segunda fuente de divisas del país, por detrás de la exportación de servicios médicos.
Por eso, la economía necesita que el turismo se sobreponga a las dificultades internas y externas y tenga una recuperación vigorosa que ayude a sacudirnos, de una vez y por todas, el doloroso grillete de la inflación.