La Habana, Cuba. – Nunca la economía cubana sufrió unos cambios tan profundos como los ocurridos en este 2021. Desde enero mismo, el primer día del año, la aplicación de la Tarea Ordenamiento transformó todo, no solo por la desaparición del CUC, sino por la devaluación del peso, el reacomodo de los ingresos y la eliminación gradual de subsidios indebidos.

Esos cambios se aplicaron, pero apareció un fenómeno que parecía lejano, la inflación, que llegó como una tromba y se convirtió en la principal distorsión de ese proceso.

Hoy, ese fenómeno parece estar controlado en el sector empresarial, pero entre las personas naturales los precios alcanzan cotas astronómicas. Y lo peor es que ocurrió cuando la pandemia nos azotó con más fuerza, la crisis económica internacional pasó a ser una realidad tangible y el bloqueo se recrudeció como nunca.

Sin detenernos

En 2021, la economía nacional alcanzó apenas un dos por ciento de crecimiento, una cifra baja pero meritoria por las duras condiciones de estos doce meses.

Solamente en el enfrentamiento a la pandemia se erogó el equivalente a más de 640 millones de dólares, a los que se sumarán otros 400 estimados para la vacunación de refuerzo. Pero a pesar de los problemas, se aprobó el perfeccionamiento de los actores económicos, que incluyó el fortalecimiento de la empresa estatal socialista.

Además se crearon las micro, pequeñas y medianas empresas, se amplió el trabajo por cuenta propia y se generalizaron las cooperativas no agropecuarias.

En el año venidero debe proseguir el perfeccionamiento del tejido económico nacional como confirmación de que seguiremos avanzando a pesar de las adversidades.