Cuba aplica medidas para evitar el acaparamiento
La Habana, Cuba. – No es la primera vez que el país tiene que recurrir al racionamiento de alimentos y otros productos. Con una economía abierta y muy dependiente de las importaciones, Cuba está sujeta a las constantes veleidades del mercado internacional.
A eso se suma el innegable impacto del recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, que no solo es la activación ahora del Título Tercero de la Ley Helms-Burton, sino una vieja y sistemática persecución de las transacciones cubanas por las cuatro esquinas del planeta.
En adición, el país depende en grado sumo de la compra de alimentos en el exterior, una factura, ya se ha dicho, que ronda los 2 mil millones de dólares anuales. Precisamente el incumplimiento productivo en algunos renglones y la falta de recursos para importar hicieron otra vez una combinación nefasta. Pero luego de ver el contexto, hablemos del racionamiento.
Evitar el acaparamiento
Racionar siempre es una decisión difícil y más si involucra a los alimentos. Pero lo cierto es que en las condiciones actuales del país no queda más remedio que hacerlo para tratar de que los productos lleguen a una mayor cantidad de personas.
Hay que evitar los acaparamientos y que algunos pillos lucren con la necesidad de los demás. Más compleja será la situación para cafeterías y paladares, aunque las autoridades anunciaron que una vez garantizadas las asignaciones para la población se venderán productos a trabajadores por cuenta propia y cooperativas no agropecuarias.
Habrá que ver cómo se implementan esas medidas que tiene un impacto directo sobre la población. Pero no puede haber dudas de que regresar al racionamiento es hoy la manera más justa de repartir entre todos, lo poco que se tiene.