La Habana, Cuba. – Todo indica que las consecuencias de la Covíd-19 en América Latina están dejando duras secuelas para una región donde los niveles económicos y sociales ya eran sensiblemente preocupantes antes de la irrupción de la pandemia.

Así, según recientes informes de entidades de la Organización de Naciones Unidas, América Latina y el Caribe se ha convertido en “una de las zonas críticas de la pandemia de la Covíd-19, exacerbada por estructuras de protección social débiles, sistemas de salud fragmentados y profundas desigualdades.

Ello implica que, por supuesto, habrá una seria incidencia negativa que hará más complicada la realidad de un área geográfica donde las diferencias apuntan a las más elevadas del orbe, y donde las oligarquías y la dominación foráneas hacen de las suyas en contra de las mayorías.

Problemas multiplicados

Según expertos internacionales, la Covíd-19 está impulsando en América Latina la peor recesión en largos decenios, y hará contraerse el producto interno bruto en el 9 por ciento.

Por supuesto, una situación de esa índole tendrá consecuencias sociales como la elevación del número de personas en situación de pobreza en al menos 45 por ciento, con lo que la región acumularía 230 millones de desvalidos, de ellos 28 millones en situación de vulnerabilidad extrema.

Todo en un contexto donde las tensiones políticas y las protestas populares han llenado el panorama regional durante los últimos tiempos.

En consecuencia, la inestabilidad será una característica en un área apremiada ahora por una pandemia paralizante.