La Habana, Cuba. – Dice el mito griego que Pandora abrió un ánfora, no una caja que es una deformación renacentista, desde la que salieron todas las desgracias humanas.

Otra versión asegura que el recipiente contenía bienes y no desgracias, pero que al abrirse todos fueron a parar a los dioses, con lo que los hombres quedaron sumidos en el infortunio.

Sea como sea la leyenda, lo cierto es que se ha utilizado como un símil que intenta ilustrar el inicio de problemas de cualquier índole. Y así ha sucedido ahora con los llamados Papeles de Pandora, una investigación periodística internacional que ha puesto en problemas a muchos.

Casi 12 millones de documentos han sacado a la luz guaridas fiscales donde los más ricos esconden su plata aprovechándose de laxas regulaciones en un mundo que parece moverse al compás del dinero.

Éticamente cuestionable

Más de 300 políticos de 90 países, entre ellos 14 presidentes y ex mandatarios latinoamericanos, han quedado expuestos en los llamados Papeles de Pandora.

Todos utilizaron compañías de paraísos fiscales para esconder dinero, tapar transacciones o encubrir la adquisición de costosos bienes. Esas acciones no son totalmente ilegales, pero en el caso de personalidades políticas dejan mucho que desear en el aspecto ético y por eso son tan cuestionables.

Lo peor es que esta no es la primera vez que se hace una denuncia similar, de magnitud mundial, pero la vida sigue igual, como cantaba Julio Iglesias, quien por cierto también aparece entre los denunciados.

Y es que esos sucios trucos aún continúan en un eterno ritornelo, aunque sea Pandora quien ahora suelte sus papeles.