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La Habana, Cuba.- Ya era sospechoso que en la lista de personas, entidades y gobiernos involucrados en el escándalo de los Papeles de Panamá no apareciesen rótulos estadounidenses.

Sobre todo, porque los medios financieros del norteño país no son ajenos a las operaciones de los paraísos fiscales.

Y la nota que al parecer aclara este asunto procedió recientemente de varios medios de prensa y analistas, que revelaron que entidades oficiales norteamericanas propiciaron la publicación de 11 millones de expedientes radicados en Panamá sobre el manejo de fondos en el exterior por infinidad de figuras políticas, empresarios, bancos y gobiernos del mundo, menos- vale recalcarlo-los de Estados Unidos.

De manera que paraísos fiscales made in USA como los de Nevada y Dakota del Sur aparecen ahora como los puntos seguros en los cuales operar fortunas.

Una sucia jugada

La responsabilidad que se atribuye a medios oficiales estadounidenses en el estallido del escándalo de los Papeles de Panamá, no tiene de base meras suposiciones.

Es evidente, dicen medios de prensa, que desprestigiar a políticos extranjeros incómodos, sembrar dudas en el mundo financiero y obviar a Estados Unidos de la culposa lista, solo beneficia a los propios intereses norteamericanos.

La primera potencia capitalista se proyecta entonces como modelo de corrección bancaria y financiera hacia donde se mudarían cifras multimillonarias externas.

Es evidente que para Washington toda alianza es circunstancial, porque el escándalo de Panamá ya obligó a la renuncia del gobierno de Islandia y salpica a socios fraternos de la Casa Blanca como el presidente argentino, Mauricio Macri, y al primer ministro británico, David Cameron, entre otros.