Compartir

La sórdida propuesta con que Donald Trump quiere completar la tierra arrasada de Benjamin Netanyahu en Gaza, no podía ser más desalmada y demencial.

La comentó hace unos días; pero ahora la acaba de confirmar ante el Primer Ministro israelí durante el encuentro de ambos en la Casa Blanca: expulsar a los casi 2 millones de palestinos que sobrevivieron a la masacre israelí en la Franja, y llevarlos a otros países de la región.

Se trata de acabar de desgajar lo que queda del territorio palestino, y poner el enclave bajo control de Estados Unidos.

A Ucrania le propone ayuda militar a cambio de sus minerales, y a los palestinos les quiere imponer el exilio de sus tierras, para fundar allí lo que ha llamado «la Riviera del Medio Oriente». En apenas 15 días de gobierno, Donald Trump ha roto récord de irrespeto y desvergüenza.

Amplio repudio.

La repulsa a los planes de Trump de vaciar y reconstruir Gaza para quedarse con su control, se ha extendido por el mundo y en los propios Estados Unidos.

Mensajes en las redes sociales demuestran que la propuesta provocó conmoción en su país, pues el Presidente no ha descartado enviar tropas.

Quienes dudan, señalan que va contra la disminución de la presencia militar estadounidense en el Medio Oriente que Trump prometió, y advierten que puede comprometer la vida de miles de soldados si son enviados a ese escenario.

Los países árabes no están conformes, y tampoco se sabe qué piensa Netanyahu, quien solo sonrió cuando su colega le lanzó la propuesta. Pero sus ansias expansionistas son similares a las de su anfitrión. Mientras, el mundo recuerda que el asunto de Palestina tiene solo una salida: su reconocimiento como Estado.