La Habana, Cuba. – Si algo probó la reciente y fallida IX Cumbre de las Américas realizada en la ciudad norteamericana de Los Ángeles, es que el mundo, y con él, el Sur de nuestro Hemisferio, están cambiando ante sus tradicionales lazos de dependencia con respecto a Washington.

Y sería bueno para todos que alguna vez en la vida, algún político gringo de las alturas comprendiera que a la primera potencia capitalista solo le va quedando adaptarse a la nueva realidad o simplemente hundirse con el resto del mundo en una guerra nuclear.

El planeta es un ente multipolar a estas alturas de su historia, por tanto la era de tronos absolutistas globales es pura entelequia y sueños locos. Y mucho más intentar hacer realidad ese disparate mediante amenazas, fuerza bruta, presiones, hostilidad y agresiones.

Arrebatos y verdades

No obstante la prueba fallada por los prepotentes en Los Ángeles, y a partir de la carencia y posibilidad de ver las cosas con objetividad, todavía son muchos los personeros norteamericanos que siguen apegados a las teorías de presunta superioridad y derechos divinos de los Estados Unidos.

En los días de la Cumbre de las Américas, por ejemplo, Nikki Jály, la ex representante norteamericana ante la ONU en los días de Trump, barruntaba a la prensa por lo “inconcebible” de que gobernantes latinoamericanos decidiesen desobedecer a Washington y ausentarse de la cita por no concordar con las exclusiones adoptadas por la Casa Blanca.

La orden Méid in USA se cumple y ya, es la moraleja que nos muestra la ex diplomática. Y lo peor es que ella no es la única con tales furores.