La Habana, Cuba. – El inesperado y fulminante ascenso en Argentina del ultraderechista Javier Milei multiplicó el peligro de que un nuevo fascismo, disfrazado de nueva derecha, marque el rumbo político global.

Ni los más sagaces analistas pudieron vaticinar el éxito del excéntrico y disparatado político que ahora es favorito para las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo 22 de octubre.

Lo peor es que el melenudo candidato por la agrupación Libertad Avanza tiene una propuesta, conocida como Plan Motosierra, en alusión a un recorte del Estado, que incluiría, entre otros puntos, la privatización de empresas públicas, la eliminación de ministerios y el cobro de educación, salud y asistencia social.

Es a todas luces un programa neoliberal en perfecta regla que, incluso, va más allá de los más húmedos sueños del Fondo Monetario Internacional.

Malsana tendencia

Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil son los más conocidos ejemplos de la nueva derecha en esta zona del planeta. Pero también en Chile y Colombia candidatos similares llegaron a segunda vuelta contra Boric y Petro.

En todos los casos, como Milei ahora en Argentina, esos políticos, que son más neoliberales que el mismísimo Milton Friedman, han acaparado el descontento de las grandes masas para ascender al poder con un discurso antisistema.

Más allá de la identificación ideológica, la mayoría de los votantes lo que quieren es castigar a una élite política que  no ha resuelto sus problemas. Más o menos, salvando las distancias, lo que hizo Hitler en las cervecerías muniquesas. La diferencia es que ahora el fascismo se encubre en el discurso de la nueva derecha.