La Habana, Cuba. – Aunque los pitazos del artemiseño central Harlen  marcaron el inicio de la molienda, la zafra azucarera 2016 – 2017 comenzó sin estridencias hace apenas una semana.

Factores adversos, naturales y subjetivos, hicieron naufragar en la anterior contienda los planes del Grupo Empresarial AZCUBA, enfrascado en recolocar a la industria entre los punteros de la economía nacional.

Ahora, nuevamente con una cincuentena de centrales disponibles, la zafra pretende aumentar en un 15 por ciento la producción de azúcar, una de las llamadas commodity que mantiene buenos precios en el mercado internacional.

La intención es que un grupo de centrales muelan unos 140 días, aunque el resto arrancará las máquinas en diciembre de manera gradual, para concluir todos en abril venidero.

Azúcar para crecer

Si algo saben hacer los cubanos es azúcar. Más de 300 años de laboreo generaron una tradición, y sobre todo una cultura, que aún marca el campo cubano, a pesar de que la industria está deprimida.

Recuperar todo lo que rodea a la producción del dulce es rescatar a un sector que como ningún otro ha tenido incidencia sobre la historia nacional.

La tendencia al alza que desde 2010 registra la producción azucarera, solo rota en la zafra anterior, tiene que ser restablecida y mantenida por el bien de todos.

Para la economía nacional, urgida ahora de eficiencia, productividad y capitales, todavía la industria azucarera puede aportar mucho más, incluso en estas horas bajas, y por eso todos esperan que esa vieja locomotora, hoy llena de achaques, sea capaz de volver a echar a andar.