La Habana, Cuba. – Conjurarse contra naciones vecinas a la invocación de Washington es una práctica extendida entre las oligarquías latinoamericanas.

No es nuevo el uso de ese tipo de servilismo extremo para intentar derrocar gobiernos ajenos incómodos, frenar desbordes populares, y atajar la consolidación de autoridades opuestas a la dominación del gran vecino del Norte en nuestra región.

¡Si lo sabrá Cuba en más de seis decenios de enfrentamiento impuesto a los desmanes de la Casa Blanca!

Y tan deleznable comportamiento volvió a la luz por estos días con las revelaciones de que la Argentina del derechista Mauricio Macri estuvo involucrada en la preparación de un ataque militar contra la Venezuela bolivariana en 2019, cuando el fantoche Juan Guaidó se proclamó “presidente por encargo” de aquel país.

Vocación por lo peor

Según revelaciones públicas, la titulada operación Puma, desarrollada por el ejército argentino para irrumpir en Venezuela en apoyo a la ultraderecha violenta local, debería utilizar corredores de acceso a través de Brasil y Colombia.

En aquellos momentos se intentó disfrazar como un operativo de seguridad por la reunión del G 20 que tuvo como sede a Buenos Aires, solo que ese foro sesionó en enero, y las acciones de preparación del ataque se ejecutaron entre abril y julio de aquel 2019.

Lo cierto es que tropas y medios argentinos estuvieron listos para ingresar en Venezuela para que el fantoche Juan Guaidó lograse concretar su pretendido golpe de estado contra el gobierno de Nicolás Maduro, y así devolver Caracas a la férula estadounidense a viva fuerza.