La Habana, Cuba. – Más allá de los muros del Morro y la Cabaña, la recién concluida Feria Internacional de Turismo confirmó la importancia de ese sector para la economía nacional.

La llamada Industria del Ocio, que es la segunda fuente de divisas del país, es el área económica cubana con mayor volumen de inversión extranjera.

En el país trabajan 18 cadenas hoteleras foráneas, entre las que destacan Blue Diamond, Iberostar y Meliá y se espera que se sumen otras antes de fin de año, atraídas por una Cartera de Oportunidades de Negocios que incluye 87 proyectos.

No obstante, la recuperación de la industria sigue siendo lenta y difícil, especialmente por efecto de factores exógenos como el recrudecimiento del bloqueo, la crisis internacional y la actual subida de los precios de los combustibles.

El salvavidas de la cultura

La industria turística cubana busca ahora expandirse hacia otras modalidades, más allá de la tradicional de sol y playa. Para eso se pretende recurrir a un sólido pilar: la variopinta cultura nacional que puede ofrecer a los vacacionistas un atractivo adicional.

Festivales de Cine, Jazz, Salsa, Teatro y Ballet, constituyen polos que cada año atraen a miles de extranjeros, pero la idea es ir mucho más allá y aprovechar otros atributos que pueden ser de interés para los vacacionistas.

Con 9 sitios declarados como Patrimonio Cultural de la Humanidad y 14 parques nacionales son un filón que no se puede despreciar y que de seguro, bien comercializados, aumentarán de manera sensible la afluencia de turista.

Habrá que trabajar duro para lograr los objetivos, pero el país lo necesita.