Los turistas se mueven con seguridad por las calles de Cuba

La Habana, Cuba. – Este es un país muy seguro, afirma con convicción Laura Jaines, una rubicunda turista que desde que se jubiló hace seis años, viene con regularidad a Cuba.

Ella es una de más de un millón de canadienses que descansan en nuestro país, la Isla Prohibida para los estadounidenses por obra y gracia del bloqueo y del apretón de tuerca de la Administración Trump.

Para casi todos los visitantes extranjeros, la tranquilidad de las calles cubanas, y la hospitalidad de la gente, son atributos que distinguen la estancia en esta tierra calurosa y bullanguera. Pero la Casa Blanca, por intermedio del Departamento de Estado, mantiene una advertencia de viaje a Cuba para los estadounidenses, quienes, como si fuera poco, desde que se instauró el bloqueo, tienen prohibido venir.

Lo cierto es que aquí no hay problemas de seguridad, como ocurre por otros lados.

En otras tierras

De acuerdo con cifras del Departamento de Estado, en 2017 murieron en el extranjero 144 ciudadanos estadounidenses por homicidios y problemas relacionados con las drogas.

En México resultaron asesinados 75 norteamericanos, mientras que Jamaica y Filipinas reportaron 8 cada uno.  Otros 15 estadounidenses murieron en acciones terroristas, la mayoría en Bélgica y Francia.

Todos son países a los que los norteamericanos pueden viajar sin problemas, a diferencia de Cuba, cuyas playas y hoteles están prohibidos por la Casa Blanca que ha hecho lo imposible por cortar el incipiente flujo de visitantes que destapó la administración Obama.

Y es que Trump ha restringido más esos viajes, sin siquiera pensar dónde hay más seguridad para el turismo.