La Habana, Cuba. – La falta de combustible, y particularmente de diésel, es el principal problema que enfrenta hoy la generación eléctrica en Cuba.

El país consume cada año cerca de un millón 800 mil toneladas de ese tipo de hidrocarburo, pero en la actualidad apenas se logra obtener la tercera parte. La poca disponibilidad tiene que ver con disímiles causas, que van desde la falta de divisas hasta el deterioro de convenios.

Hoy, hay que salir al mercado internacional a adquirir el combustible sin créditos y con precios encarecidos que muchas veces pasan por intermediarios. Completar la millonaria factura petrolera es un esfuerzo financiero colosal para un país cuya producción de hidrocarburos no alcanza para completar las necesidades de la economía, no solo en la transportación de pasajeros y mercancías, sino también en la agricultura, la zafra azucarera y la generación eléctrica.

Energía subsidiada

Hoy somos más de cuatro millones los clientes registrados por la Unión Nacional Eléctrica (UNE). En ese grupo estamos los que primero consumimos la electricidad y después la pagamos. Pero esa energía que llega a todos está subsidiada por el Estado, a partir de que la generación se realiza con combustible importado a precios altos.

Además, los mantenimientos a los generadores como termoeléctricas, turbinas o grupos electrógenos, tienen también costos en divisas en las piezas de repuesto o en los materiales para producirlas, y a eso hay que sumar los costos nacionales de producción.

Por eso la importancia de regular, sobre todo en el llamado Horario Pico, el empleo de manera racional del clima, la refrigeración, la iluminación y la cocción de alimentos, en el actual contexto de déficit de combustible, causa obligada de la ocurrencia de los molestos apagones.