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La Habana, Cuba. – En 1971, siete años después de ser fundado, Cuba integró el Grupo de los 77 y China. Desde el instante mismo de su entrada, La Habana comenzó a promover la cooperación Sur-Sur como vía para un desarrollo equitativo de todas las naciones.

Y esa propuesta no se quedó en el discurso o en los documentos. Ningún país como el nuestro ha promovido con tanta fuerza y entrega la solidaridad y la colaboración desinteresada y justa.

Ahí están como áreas de constante colaboración la salud, la educación, la biotecnología, el enfrentamiento al Cambio Climático y hasta la ayuda en situaciones de desastres.

Ahora, desde la presidencia temporal del bloque, Cuba encabeza la batalla contra un orden internacional que solo favorece a los más ricos en detrimento de la inmensa mayoría.

Activa representación

En enero último, Cuba recibió de Pakistán la presidencia temporal del Grupo de los 77 y China.

Desde ese momento, nuestro país desplegó una activa labor diplomática que significó la representación del bloque en Naciones Unidas, los No Alineados y la CEPAL, entre otros foros.

La constante actividad cubana ha tenido como objetivo defender el multilateralismo en un planeta amenazado por pobreza, desempleo, desigualdades sociales, inseguridad alimentaria y sobre todo mucha inequidad.

Por otro lado, ha tenido que enfrentar la necesaria reforma de las instituciones financieras y comerciales, la escalada de tensiones geopolíticas y la aparición de nuevas formas de dominación y hegemonía global. En ese contexto Cuba ha demostrado ser uno de los mejores socios del Grupo de los 77 y China.