La Habana, Cuba. – La economía nacional ha tenido que enfrentar una tormenta perfecta en los últimos 12 meses. Desde que en marzo del pasado año se reportó por primera vez la aparición del nuevo coronavirus en Cuba, las fuerzas se tensaron para tratar de controlar a una enfermedad mortalmente silenciosa.

La Covid-19 llegó tras el apretón que le dio al bloqueo la Administración Trump, que solo el año pasado nos costó más de 5 mil millones de dólares. Y entonces hubo que sacar de donde no  había para salvaguardar la salud y sobre todo la vida de los cubanos, lo que en definitiva es la prioridad hoy del gobierno.

En estos 12 meses hubo que destinar al enfrentamiento a la pandemia 150 millones de dólares, más de 12 millones mensuales, una cifra que no estaba prevista ni en el presupuesto, ni en los cálculos de nadie. 

Duros doce meses

La conjunción entre pandemia, bloqueo y viejos problemas estructurales golpeó con dureza a la economía nacional.

De pronto, se paralizaron producciones y servicios tanto estatales como no estatales, las divisas casi se esfumaron y el presupuesto tuvo que salir a respaldar un creciente e inesperado gasto público.

A esos golpes se unió la crisis internacional que también se refleja en nuestra economía, abierta y aún muy dependiente de las importaciones.

Son factores que explican los actuales problemas de desabastecimiento del comercio minorista que se sienten con mayor rudeza en los últimos meses.

Sin embargo, a pesar de estos duros 12 meses, el país no  ha renunciado a las metas de crecimiento planificadas y sigue trabajando no solo para sobrevivir, sino para desarrollarse más temprano que tarde.

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