Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, con el mismo objetivo revolucionario

La Habana, Cuba. – Raúl Castro y la Generación Histórica acaban de pasar el testigo a otra hornada de líderes que serán los encargados de dar continuidad a una obra de más de medio siglo.

Tocará ahora seguir sobre un camino que se avizora complicado, como ha sido siempre a lo largo de nuestra historia más reciente.

El principal reto es garantizar la unidad alrededor de un proyecto que pugna por perfeccionarse a contracorriente de un mundo globalizado donde el neoliberalismo campea por sus fueros. Solo la unidad, que logró Fidel después de Martí, garantiza la pervivencia del modelo que ha concentrado el encono del más poderoso adversario de la historia.

Por eso, por lo que implica de cara al futuro, enrumbar la economía es imprescindible para la Cuba de hoy que puso la brújula en un socialismo próspero y sostenible a contrapelo de Estados Unidos.

Siempre rebeldes

Ahora, con la herencia de Martí, de Fidel y de la Generación Histórica, Cuba tendrá que enfrentar la hostilidad creciente de Estados Unidos, que va a intentar aprovechar el cambio gubernamental para apretarnos más.

Desde el Norte nos siguen mirando con apetencia por razones geopolíticas y geoeconómicas escondidas en los orígenes de Estados Unidos y que hicieron que Tomas Jefferson dijera que Cuba sería la mejor adición a la Unión.

Para enfrentar esa visión imperialista, la unidad y la fortaleza económica serán los principales componentes de la resistencia que necesitamos mantener, ahora que está trazado el rumbo y que contamos con un legado escrito con sangre.

Los barbudos rebeldes no se han ido, porque aunque haya un nuevo gobierno, todos sabemos que el desafío de Cuba sigue siendo el mismo.