El pueblo cubano rechaza con energía la Ley Helms-Burton

La Habana, Cuba. – Antes de imponer esa muy repudiada barbaridad – Ley Helms-Burton- transitaron  un camino plagado de  grotescos chantajes.

Un ejemplo, el 16 de julio de 1996, dos altos funcionarios de la Casa Blanca revelaron en conferencia de prensa su política hacia Cuba. ¿Quiéne hablaron ese día? El segundo hombre del Consejo de Seguridad Nacional, Sandy Berger, y el tercero en jerarquía del Departamento de Estado, Peter Tarnoff.

¿Cuál fue su planteamiento esencial? Declararon vigente la Helms-Burton y -a la vez- posponían durante seis meses el inicio de los juicios para  reclamaciones. En ambas intervenciones, hace ya más de 20 años, demostraron estar  dispuestos a  todo para imponer sus designios.

Baste recordar sus palabras de entonces para corroborar que, en el tema de la Helms-Burton, Estados Unidos  trata a sus socios europeos como peones de una hacienda privada.

Luz verde al chantaje

Hace más de 20 años quedó muy en claro la política de Washington hacia Cuba. Abierta o implícitamente quedó definida así: Ejecutan las órdenes del gobierno estadounidense contra Cuba o serán castigados por este.

A manera de ejemplo, facilitando asistencia a los grupos que en nombre de la libertad promueven cambios dentro de Cuba. En tal escenario anunciaron la entrega de 500 mil dólares para Freedom House.

¿En qué consiste esta? Actúa como una supuesta organización no gubernamental, manejada por la CIA, que habla en nombre de activistas pro-derechos humanos.

Un análisis dado a conocer en Washington por aquellos días de 1996 dice: ¿Qué confianza puede tener Europa cuando la Ley Helms- Burton -fabricada por los republicanos- pretende devolver el mercado cubano a Estados Unidos? Por eso ni siquiera Europa podía dispensarles confianza, ni antes ni ahora.