La Habana, Cuba. – Gabriel Boric, de 35 años de edad y candidato de la izquierda chilena, es el nuevo presidente de un país que inicia un camino que puede significar el principio del fin de la historia oscura y nefasta que irrumpió en la vida nacional a partir del golpe de estado fascista del 11 de septiembre de 1973.

Segundo en la primera vuelta ante el ultraderechista José Antonio Kast, el presidente electo acumuló el 55 por ciento de los sufragios en el balotaje del pasado día 19 de diciembre, lo que puso de manifesto que la mayoría de los votantes rechazan toda administración ligada al autoritarismo, la represión y las prácticas económicas neoliberales.

Boric, que se autotitula presidente de todos los chilenos, abre así una nueva etapa en la historia política de su país.

Contra todo un poder

Hay que advertir que Gabriel Boric y sus seguidores han sabido paliar a una oposición reaccionaria muy poderosa.

Tanto su rival, José Antonio Kast, como los sectores retrógrados intentaron demonizar sus propuestas económicas y sociales, así como la presencia entre sus aliados de los manifestantes que en los últimos tiempos abogaron en las calles por un cambio nacional, y de los partidos de la izquierda histórica.

No obstante, Boric supo conjurar tales miedos insuflados con un discurso unitario e inclusivo que sin dudas caló en la gente. Por demás, el desembozado pinochetismo de la derecha poco hizo a su favor, y por el contrario revolvió los malos recuerdos de un período donde la represión, la tortura, los asesinatos políticos y la marginalización de las mayorías fue la dura realidad nacional.