La Habana, Cuba. – La muerte de Juan Domingo Perón en el 74 preparó el terreno para que Argentina entrara en un período de cruenta dictadura.
En el peronismo había serias divisiones y una parte del ejército rechazaba el relevo presidencial de Isabelita, como se le nombraba a la viuda de Perón, María Estela Martínez, a quien varias veces pidieron sin éxito la renuncia.
Así las cosas, el 24 de marzo del 76, el General Jorge Rafael Videla encabezó un golpe de estado que instaló a una Junta Militar en la Casa Rosada. Comenzó una negra etapa que dejó unas 30 mil víctimas.
La Junta eliminó a todo el que consideró como traidor al régimen, aunque no fueran guerrilleros, solo por tener un pensamiento de izquierda. El método fue simple: secuestro, tortura, asesinato y desaparición. Puro terrorismo de estado en su máxima expresión.
Estado terrorista
Ahora Libertad Avanza, el partido de ultraderecha que encabeza el alocado Javier Milei, organizó en Buenos Aires un homenaje a lo que calificó como las otras víctimas de la violencia política.
La candidata a vice presidenta por esa fuerza política, Victoria Villaruel, convocó al acto que generó el repudio de casi todo el espectro político argentino.
Los seguidores de Milei, cuyo pensamiento coquetea con el fascismo, soslayan el hecho de que en tierras argentinas actuó un estado terrorista que secuestró, torturó y desapareció a miles de personas, y además se apropió de niños y recién nacidos.
Cuarenta años después del retorno de la democracia, no se puede equiparar la acción de grupos guerrilleros con la actuación de un estado que fue contra sus propios compatriotas. No puede haber, ni olvido, ni perdón.