Por Roger Ricardo Luis
Decir que los incas constituyeron una vía cuya extensión equivale a los 40 mil kilómetros de la circunferencia de la Tierra, podría tomarse para muchos como una “fake news” en nuestros días.
Durante más de 300 años el imperio incaico abarcó territorios que van desde Ecuador hasta Chile, de ahí la necesidad de una vía para conectar aquel vasto y complejo territorio geográfico.
Así surgió el Qhapaq Ñan o Gran camino Inca, extraordinaria hazaña de la ingeniería precolombina que permitió comunicar, intercambiar bienes y consolidar el poder durante el apogeo del imperio a finales del siglo quince.
Para los estudiosos de esa cultura, el sistema de caminos se orientó al aprovechamiento del paisaje andino y sus recursos, permitió vincular pueblos de distintas regiones y generó una dinámica interactiva de valores sociales, económicos, culturales, tecnológicos e ideológicos.
Alta ingeniería
El Gran Camino Inca venció enormes obstáculos geográficos como conectar tierras separadas por elevados montañas, barrancos y quebradas donde se construyeron túneles y escaleras horadadas en la roca.
Asimismo, puentes colgantes para vencer abismos, sostenidos con sogas biodegradables tejidas a mano, elaboradas de fibras naturales de muy alta durabilidad.
A la ingeniería inca también se deben grandes obras antisísmicas donde cada piedra usada poseía ángulos tallados que las hacían encajar con precisión milimétrica entre ellas, pues no conocían el cemento, el hierro ni la rueda.
El Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca poseía un sistema de postas donde descansaban y hacían relevo los chasquis o correos, capaces de llevar un mensaje de Quito al Cuzco, capital del imperio, en seis días; esos puntos llamados tambos servían también de puestos de control militar y centros de abastecimiento.
Para todos los tiempos
La construcción del Gran camino Inca se estima duró poco más de una centuria durante el siglo XV y en ella laboraron unas 40 mil MIL personas.
La organización del trabajo era por turnos con cuadrillas especializadas formada por mano de obra integrada por los pueblos conquistados por donde iba cruzando la obra, y la construcción era totalmente a mano dirigida por los llamados maestros de vía y de puentes.
Las técnicas constructivas empleadas estaban basadas igualmente en el conocimiento de la astronomía, la geología y la ecología local, que ha perdurado a través de los siglos en uno de los entornos más desafiantes del mundo.
El Qhapaq Ñan o Gran camino Inca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2014, desarrolló complejas técnicas de construcción que devienen lección de resiliencia y planificación que perdura hasta hoy.