Cuba se mantiene firme ante el recrudecimiento del bloqueo estadounidense

Mientras en Latinoamérica las protestas contra el neoliberalismo siguen en las calles, Cuba enfrentó un año desafiante y tenso por la hostilidad de Estados Unidos, pero lo hizo en paz y unidad ciudadana.

Para la Isla inició el 2019 con un devastador tornado que dañó viviendas, hospitales, templos, escuelas y centros productivos en cinco municipios de La Habana.

Empezaba además un calendario en el que Estados Unidos escaló su espiral de agresiones, con saña redoblada, medidas de hostilidad inéditas y escollos que parecían insalvables para la pequeña ínsula caribeña.

Se cancelaron, restringieron o prohibieron, cruceros, vuelos, remesas, servicios médicos, financiamientos, transportación de combustible y seguros; asimismo, las cortes federales se abrieron para recibir querellas contra Cuba y empresas de terceros países al activarse el Título III de la Ley Helms-Burton.

Los cubanos firmes ante acciones del imperio

El bloqueo estadounidense este año se reafirmó como el principal obstáculo al desarrollo de Cuba, incluso cuando provocó desabastecimiento de combustible, por lo que hubo que detener actividades productivas, ralentizar otras y realizar ajustes que incluyeron el aseguramiento de los servicios básicos a la población.

Junto a las medidas gubernamentales para afrontar la coyuntura energética estuvo la participación del pueblo, incluso con iniciativas a nivel local.

El presidente de la República Miguel Díaz-Canel comentó que en otras latitudes las primeras decisiones de gobierno neoliberales habrían sido los despidos, aumento del precio de combustibles, alimentos y otros rubros, todo lo que ha provocado las recientes protestas.

Mientras tanto, Cuba restañaba los daños del tornado, embellecía su capital en sus 500 años y sorteaba las trabas que constantemente aparecían desde Washington.