La Habana, Cuba. – Fue Fidel quien, en ejemplar acto de altruismo, extendió su brazo generoso el 6 de junio de 1970, para brindar su sangre al pueblo peruano que acababa de sufrir un devastador terremoto.

Miles de cubanos se sumaron y aportaron el rojo fluido en humana entrega. Aquella actitud es recordada cada 14 de junio, Día Internacional del Donante de Sangre, fecha instituida por la Organización Mundial de la Salud en honor a que ese día nació el austriaco Karl Landsteiner, descubridor de los grupos sanguíneos.

En Cuba la provincia de Cienfuegos obtuvo la condición de destacada en el Programa Nacional de Donaciones Voluntarias de Sangre, por la respuesta masiva de su población en dar el aporte, tan necesario en tiempos en que transcurren la Covid-19.

Los donantes del país serán reconocidos a pesar de que no se realicen actos debido al aislamiento social por el coronavirus.

Voluntarias y seguras

Impulsadas desde 1962, las donaciones de sangre son voluntarias en nuestro país. Gracias a ese noble, altruista y humano gesto, las unidades de salud pueden disponer de la sangre indispensable para acometer cirugías y otros procederes que precisan de un gran consumo del líquido vital, así como de sus derivados, especialmente el plasma, tan útil hoy para salvar a pacientes con la Covid-19.

En correspondencia con el tema de este año del Día Mundial del Donante de Sangre: La sangre segura salva vidas, vale destacar que en Cuba está garantizada esa seguridad, pues la sangre donada se somete a análisis de pesquisa de enfermedades como el VIH/Sida, hepatitis B y C, sífilis y otras.

Nuestro país posee una población educada en principios éticos y humanistas que hacen de la donación sanguínea una de las acciones más hermosas para salvar vidas.