La Habana, Cuba. – El sistema empresarial cubano, lo acaba de explicar el viceprimer ministro Alejandro Gil, está abocado a una profunda transformación a partir de un grupo de medidas en marcha.

No hay que olvidar que la empresa estatal socialista es el corazón de la economía nacional y tampoco que necesita perfeccionarse con urgencia para poder responder a los planes de desarrollo establecidos por el gobierno a corto, mediano y largo plazos.

Aunque aún las normas legales están en elaboración, ya se avizora una mayor autonomía empresarial acompañada por un mejoramiento técnico.

Son medidas innovadoras y que tratan de zafar de una vez y por todas los nudos que atan a esas entidades, aunque hay que decir que hay otras decisiones, como el ordenamiento monetario y cambiario, que también impactarán en el entramado productivo nacional.

Verdaderos empresarios

El pago por alto desempeño, la supresión del límite de 5 salarios medios en el reparto de utilidades y la opción de contratar en el mismo cargo a trabajadores jubilados son algunas de las medidas que buscan flexibilizar la labor de las empresas estatales.

Pero en esa transformación en marcha, los directivos tendrán que ser verdaderos empresarios, enfocados, ahora sí, en la elevación de la producción, el ahorro y la disminución de las importaciones.

También tendrán que acrecentar las exportaciones dondequiera que se pueda, porque ya se sabe que el país está urgido de llenar sus arcas con divisas.

La aplicación de esa batería de medidas de seguro llegará en un plazo relativamente breve, porque es un ejercicio imprescindible que ayudará a fortalecer el músculo productivo nacional.