Ciego de Ávila, Cuba. – Para la enfermera de Ciego de Ávila Yordanka Pérez Martín la vida no ha sido fácil, su niña nació con un tumor cerebral de bajo grado de malignidad con una esperanza de vida corta.

A su pequeña, Vianney Ramírez Pérez, le practicaron nueve operaciones en el Hospital Pediátrico Ignacio Agramonte, de Camagüey, nos cuenta, con lágrimas en los ojos, esa madre soltera que agradece los esfuerzos de la Revolución por proteger a su hija.

Con nueve años de edad, su pequeña ha sido beneficiada con atención médica de alta calidad y medicamentos de primera generación suministrados de forma gratuita, confiesa Yordanka Pérez, una mujer llena de arrojo.

Sin embargo, ante el despiadado bloqueo imperial contra Cuba, su hija se ve privada de adquirir fármacos como el Valproato de Sodio y también se le dificulta el Clobazam y la Lamotrigina, en baja cobertura ante el cerco norteamericano.

Voluntad que vence la muerte

La avileña Yordanka Pérez disfruta con pasión de su pequeña Vianney Ramírez, quien con 9 años asiste a la Escuela Especial Águedo Morales Reina, a pesar de su discapacidad física e intelectual.

Refiere la enfermera del hospital de Ciego de Ávila que a su niña la recogen todos los días en una guagua para trasladarla a la escuela, donde recibe una especial atención y cariño por parte del claustro de profesores.

La coordinadora general de la institución, Greiry Recio, refiere que la pequeña Vianney Ramírez es cariñosa, inquieta, interactúa con sus compañeritos y avanza en el aprendizaje ante la atención de un equipo de maestros.

A pesar de tener un pronóstico de vida reservado por su delicada salud, la niña de Ciego de Ávila sonríe a la vida junto a su excelente madre Yordanka Pérez, quien conoce de cerca la protección del Estado revolucionario por los niños.